Evelina by ADAL.

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EVELINA ANTONETTY representó una increíble gama de valores y principios para un sinnúmero de gente: fue una niña precoz, estudiante modelo de escuela primaria, una vecina generosa y cariñosa, líder obrera, estratega meticulosa, maestra diplomática y que podía analizar cualquier situación y moviendo la gente a reflexionar, poseía un carisma inigualable, luchadora incansable por la educación bilingüe y los derechos de las madres y padres, mentora de un grupo de jóvenes que impactarían a la ciudad de Nueva York en las artes, la política y el servicio social…y fue una verdadera patriota.

Era conocida formalmente como Evelina Antonetty, pero respondía a nombres diferentes. Para los miembros de su hogar ella era “Tití”; para sus sobrinos y sobrinas – ya sea de sangre o adoptados – también era “Tití”; para sus devotos empleados era “Mrs. A”; para la comunidad puertorriqueña, era “La Madre del Bronx”; también fue conocida simplemente como “Ma”. Y para un un miembro de alto rango de la policía de Nueva York, así como para varios oficiales electos de la ciudad era “La Dama Candela del Bronx”.

De hecho, Evelina era considerada como una mujer de armas tomadas siendo una de las líderes más efectivas e impactantes de la diáspora puertorriqueña del siglo veinte. Comenzó su vida como figura pública siendo organizadora sindical y asistente de funcionarios electos de tendencias progresistas. Luego, como madre, se dedicó a la supervisión de las escuelas a nombre de las madres y padres, fundando con ellos a “United Bronx Parents”, una agencia pro-defensa de las escuelas con la cual ganaron atención a nivel nacional y sirvió como modelo para otros esfuerzos de costa a costa.

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A Evelina Antonetty le tocó vivir durante quizás uno de los períodos más cruciales en la historia puertorriqueña, a menudo actuando como una de las principales impulsoras y agentes de cambio en su época. Consideremos lo siguiente:

● Vivió su niñez temprana en la década de los años veinte en la costa sur de Puerto Rico donde la industria de la caña de azúcar, con su naturaleza cíclica y mercado volátil, transformó las vidas de decenas de miles de puertorriqueños. En esa época, fue testigo y vivió en medio de un florecimiento de la cultura afro puertorriqueña.
● Fue una de las pioneras del legendario El Barrio (East Harlem) de Nueva York donde, como adolescente, navegó muy hábilmente las vicisitudes de la Gran Depresión, ayudando a sus compatriotas puertorriqueños a enfrentar la tormenta económica y el impacto de toparse con una cultura ajena.
● La década de los cuarenta y principios de los cincuenta la vieron convertirse en una líder sindical perfeccionando sus habilidades y destrezas como organizadora y desarrollando un enfoque altamente efectivo al activismo, creando un estilo y una personalidad – un aura – exclusivamente única, suya.
● Durante la década de los sesenta, Evelina desarrolló una estrecha relación con Martin Luther King, Jr y otros líderes del Movimiento de los derechos civiles, estableciendo importantes enlaces entre las comunidades puertorriqueñas y afroamericanas. (Adecuadamente, el logo de UPB incluía dos manos estrechándose — una marrón y una negra). También durante la década de los sesenta, fundó y construyó “United Bronx Parents” (UBP), una agencia de servicio social de gran reputación a nivel nacional. De hecho, los programas, publicaciones y proyectos especiales de UBP se convirtieron en modelos emulados a través de las comunidades urbanas de los Estados Unidos. Finalmente, durante los sesenta, Evelina Antonetty fue la fuerza principal detrás de la fundación de la primera escuela completamente bilingüe en la nación estadounidense.
● Y, en la década de los setenta, fue testigo de una gran crisis que amenazaba los centros urbanos de Estados Unidos, especialmente en el Sur del Bronx. En este proceso, Evelina se convirtió en una voz nacional de la conciencia urbana. En una entrevista/sesión de fotografías con el fotógrafo Frank Espada en el año 1980, Evelina proclamó: “Nunca dejaremos de luchar aquí en El Bronx aunque hayan destruido todo a nuestro alrededor. De ser necesario, en vez de mudarnos de aquí montaremos tiendas de campaña…, y después de mí, mis hijos estarán aquí para continuar la lucha… Tengo hijos bien fuertes…y nietos bien fuertes.” Su vida fue truncada, demasiado corta cuando falleció en 1984. Su pérdida, por amarga que fuera, resultó ser mucho mayor de lo que originalmente se pensaba. De hecho, hay un sentido, incluso hoy, cuarenta años después de la muerte de Evelina, que las cosas podrían haber sido diferentes si Evelina nos hubiera dado otros veinte años más de su activismo. Como dijera recientemente el Dr. Ignacio Olazagasti, distinguido erudito en la Universidad de Puerto Rico y el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe en la defensa de una disertación doctoral, “Confieso que no sabía mucho sobre Evelina Antonetty hasta que me hice miembro de este panel. Ahora me es claro que, si Puerto Rico hubiera tenido diez Evelinas Antonetty, todos sus problemas se hubieran resuelto.”

Hoy en día, el legado de Evelina Antonetty sigue vivo. Académicos, amigos, familiares, miembros de la comunidad y aquellos a quienes ella asesoró se reúnen para celebrar su centenario unos cuarenta años luego de su prematura muerte. Que este centenario sirva para reavivar el fuego que Evelina encendió en su tiempo, y que al presentarla a las nuevas generaciones les sirva de inspiración para continuar su obra. La celebración, Evelina 100, una celebración de la vida y los tiempos de Evelina Antonetty, es auspiciado por el Colegio Comunal Eugenio María de Hostos de la Universidad de la Ciudad de Nueva York City (del cual Evelina fue una fundadora), el Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College, el Bronx Music Heritage Center, Bronx Net, el Bronx Historical Society y una amplia gama de agencias educativas, culturales, políticas y de servicios sociales en Nueva York y principalmente en el amado Sur del Bronx de Evelina Antonetty.